“Para siempre
te amare,
Para siempre te
querré
mientras en mi
hay vida,
siempre serás
mi bebe.”
Robert Munsch
Hace dos
años, estaba en una sala de cine, ya al final de la película llorando
desconsolada, mientras ellos reían a carcajadas, veíamos la tercera parte de
"Toy Story" la escena, cuando los juguetes eran donados por Andy
justo antes de partir camino a la universidad. Los que no sean padres aun,
pensaran que melodramática esta esta mujer!!! los que tengan un hijo, no
importa la edad, comprenderán que en ese momento vi tan cerca que mi
horripilante adolescente, mi Gasnapiro amado, partiera de nuestro hogar para
emprender vida propia...allí se volvería tangible aquello de que "los
hijos uno no los cría para uno porque son prestados"
Hace apenas 6771 días, después de haber roto fuentes 25 horas antes, te tenía en mis brazos, eras mucho mas pequeño que el largo de mi antebrazo, parecías un bebe de foto Benetton, no llegaste a pesar 2 kg, pero de una fuerza increíble, apenas te sacaron de mi vientre te agarraste fuerte de la pinza con que seccionaban tu cordón umbilical para cortarlo, y así vivir nuestra primera separación, después de 8 meses de convivencia intima, un yo con tu constante, desde el mismo instante que te concibiéramos en aquel hotel de la base naval, debajo del puente que une Manhattan con Staten Islan.
Siempre pensé que eras de los chicos de la generación Andy, el personaje de Toy
Story, recuerdo cuando abordamos aquel avión rumbo Aruba y justo antes de
despegar interrumpiste el silencio de los viajeros y las oraciones de los mas
temerosos a las alturas, y con el puño de la mano arriba como quien emprende
vuelo propio gritabas " al infinito y mas allá", a todos nos invadió
la risa, todos en el avión estábamos en tu nave intergaláctica, dispuestos a
conquistar el mundo que encontraríamos apenas aterrizáramos, Dios de eso hace
nada...
Te acuerdas
cuando jugábamos a guerra de las galaxias montados en jet sky en Margarita, o
la temporada que dejaste de dormir en mi cama para que te llevara a Disney?
Desde el momento que te pusieron en mis brazos fuimos amigos fieles, con
momentos excelentes y otros no tanto, como aquella fiesta de Halloween el
Mooresville, no voy a contar detalles pero te juro te quería poner a pan y agua
después de aquella noche, a pan y agua de por vida!
Llevo a penas 162.504 horas, en este curso de vida por ti iniciado, el de como
ser mama, como ser tu mama, como ser tan especial para ti como tu lo eres para
mi y ha sido, sin lugar a dudas, el proceso de aprendizaje mas hermoso que he
experimentado, donde tu eres mi maestro guía.
Hoy te escribo esto y tengo el corazón asustado, hoy te acompaño al aeropuerto,
hoy te acompaño a volar sin mi, pero conmigo siempre a tu lado, hoy te ruego
que me llames, no porque quiera controlarte, sino porque quiero que estés
presente en mi aprendizaje en ser mama, cuídate mil consejos te he dado, sin
embargo te voy a escribir algo que no quiero decirte en persona, porque me
parece una osadía de mi parte, y no es que sea pretenciosa, pero mi amor no te
enamores de París, no todavía, no es el momento, yo sé que es mucho pedir,
vuelve pronto que aquí te espero, te esperamos, tu papa, tus hermanas y yo por
que diantres , volvemos a ser cuatro y falta uno, uno que nunca ha faltado, mi
pequeño bastón mágico, mi apoyo constante, quien me animo a salir de la ciudad
que fuese mi casa, para buscar nuevas oportunidades, las que hoy sales a buscar
por tus propios medios con una meta fija, un idioma nuevo. Pero y como no
enamorarse de Paris? Como carrizo se me ocurre pedirlo? Disculpa, pero es que soy mama mi querido
hijo.
Y estas en espera, para pasar a otra sala, con tu moral de la computadora y tu
equipo de esgrima en la mano, midiendo un poco mas de 5 pies 9 pulgadas y yo no
puedo dejar de ver a un niño pequeño con mirada asustada, con tu morral
multicolor, lleno de creyones, carritos y muñecos, a la espalda, con tu espada
de pirata a cuestas, diciéndome, ya mami, vete ya, como este primer día que te
deje en el pre escolar. Hoy, de lejos creo poder ver, cuando piensas no te observo,
que cierras el puño de la mano, lo levantas al cielo y con voz baja para que
nadie te sorprenda en el gesto y dices, como hace muy poco tiempo
""mami no tengas miedo, al infinito y mas allá.... que siempre,
siempre junto a mis hermanas voy a ser el príncipe de tus sueños y desvelos, y
la ciudad donde nunca pasa nada nuestro eterno punto de encuentro".
Dios te bendiga Jo querido, porque a partir de hoy ya no eres mi Gasnapiro...