miércoles, 17 de marzo de 2010

“Si no puedo dibujarlo,
es que no lo entiendo.”
Albert Einstein.


Estábamos, los tres, El Gordo, Elizabeth (la maestra) y yo, ansiosos por saber los resultados de la evaluación que, en ese instituto especializado, realizaran a nuestra Niña de Chocolate, la directora, con una dulzura indescriptible, pero en tono grave, nos dio la noticia, “ella es como Albert Einstein” y como cuando te cae un baño de agua fría encima, los tres nos sentimos desarmados y devastados, Elizabeth y el Gordo no paraban de llorar y yo simplemente, no me recuerdo.
Seguramente lo están leyendo y dirán, espera, espera y que tiene de malo? O… que bueno!!!!! Pero eso no fue lo que sentimos ninguno de nosotros tres.
Para explicarles, debo comenzar por el génesis de esta historia, cumplido el primer año de matrimonio el Gordo y yo decidimos que era hora de buscar un hermanito o una hermanita para nuestro hoy Gaznápiro, intentamos un par de meses y nada, fui al medico y le pedí nos chequeara, por su puesto, pego el grito en el cielo y dijo que debíamos intentar mas antes de iniciar estudios, pero lo que si podía hacer, dada mi premura, era estimularme y sugerirnos una dieta de relaciones controladas, se que suena delicioso pero les juro que al final no lo fue, el estrés fue enorme, pero aun así cumplimos al pie de la letra las indicaciones medicas y algún que otro consejito de mi vecina Maria Clementina y otras amigas …que si pon los pies para arriba, que si varia como hacerlo, que si arriba, que si abajo, que si parados… en fin.
Pasado el tiempo y como no quedaba embarazada, regresamos y le pedimos a mi ginecólogo iniciara los estudios, le explicamos que cuando el Gordo y yo pensábamos en sexo, nos atacaba la risa recordando todas las indicaciones, eso cuando no nos daba sueño , por la atracada de afrodisíacos!!!!!
Así lo hizo, y cuando nos reunimos de nuevo, nos explico que, por problemas que no vienen al caso, debíamos iniciar un tratamiento para lograr una reproducción asistida a través de un ICSI, que no es otra cosa que la inyección intracitoplasmática de espermatozoides, o en pocas palabras, te extraen los mejores óvulos y, en un laboratorio le inyectan a cada uno un espermatozoide de características idóneas, esperan que se reproduzcan las células y luego colocan el embrión en tu vientre y si todo sale bien voila, en unos meses mas seriamos papas!!!!
Explicado así, sonó sencillito, lo que vendría los días siguientes fue una tortura, muchos medicamentos, hormonas, inyecciones hasta dos diarias, mucha expectativa y presión, que solo pudimos llevar a cabo gracias a la dedicación y entrega total de todo un equipo y no solo los profesionales que nos acompañaron en este camino, sino también el entorno familiar, El Gordo se encargo de Gaznápiro y hacia de papa y mama, papa fue mi enfermero personal se encargo de la dosificación y aplicación de todas las drogas indicadas, el Gaznápiro de solo siete añitos me ponía el pato, cuando no podía ir al baño, y le gritaba a su Tatita cuando ya había terminado, mama era mi fiel compañera de reposo, seis meses y medio, por complicaciones varias que si no estaba acostada, no podía salir de casa o si quiera bajar las escaleras y, ella seis meses y medio a mi lado LITERALMENTE. A pesar de todo esto, si paso y, voila, somos los afortunados padres de nuestra maravillosa Niña de Chocolate, ella es el prospecto perfecto para representar a Blancanieves, en una obra de teatro, su dulzura es la razón de cómo la llamo.
Pero, al pasar de los años, y mientras crecía nuestra hermosa niña, comenzó a dar señales que no entendimos hasta ahora, era de pocas palabras, decíamos nosotros que muy reservada; supremamente ordenada, al punto que una vez se enojo mucho con unas niñitas que después de jugar en casa no pusieron las tacitas de te como estaban; complaciente como nadie, nunca nos contrariaba; se chupaba el dedito de forma frenética, hasta tenia un cayito; tiene aun un muñequito que la acompaña para dormir, se llama Mío y es mas importante en casa que pedir la bendición en las mañanas; se craquea los dientecitos cuando esta dormida, parásitos o un poco de stress infantil siempre concluíamos; distraída como ella sola, muchas veces nos pedía atención y cuando se la prestábamos nos decía que se le había olvidado; nunca se pasaba a nuestra cama y, aunque de forma muy torpe hablaba dos idiomas, cometiendo los errores de lo que pensábamos era típico de una niña bilingüe de su edad; a mi mama siempre le decía, en sus llamadas matutinas, que la quería “del tamaño de un elefante que corría en una nube hasta llegar a la luna” o cosas por el estilo sin sentido, siempre dijimos que ocurrente, verdad? Tiene una imaginación prodigiosa. No quería ser profesional y, como les conté un día, soñaba con ser grande para dedicarse a pintar y pintar en una Isla lejana llamada Margarita.
Comenzó así su primer grado en el colegio, en la lectura no la más diestra pero su lógica matemática y la forma de pintar ralla en lo extraordinario. Sin embargo, lo que era un pequeño retraso, en relación al resto de su clase, comenzó a hacerse una brecha casi insalvable. Algo pasaba, así que solicite a la maestra la evaluara a ver si calificaba para un programa escolar que tiene como meta nivelar a los niños que no tienen como lengua materna el ingles, mi bella no califico, ella nunca pensaba en español, de forma natural ya había adoptado el ingles como lengua nativa, así que ese no era el problema. Nunca aceptamos que dijeran que ella era un poquito mas lenta, la maestra tampoco, ya que siempre mostró habilidades extraordinarias para otras áreas distintas a la escritura o la lectura, fue primer lugar en la feria de ciencias en la escuela.
Así las cosas, lo que comenzó a ser como flojera y un sin ganas al colegio, se fue convirtiendo en ataques de pánico, manos sudorosas, se comía las uñas de las manitos y se arrancaba la de los pies, o lloraba frenéticamente cuando alguna tarea se le dificultaba un poco, al punto de desertar antes de culminarla. El Gordo pensó que estaba medio consentida, lo que llamamos nosotros malcriada, Elizabeth y yo pensábamos que algo extraño pasaba, así que comenzamos con estrategias especiales para enseñarla, grupos pequeños, tutorías a parte del resto de la clase y nada de eso resulto, fue por eso que recurrimos a un instituto de dificultades en el aprendizaje, y esa mañana solo confirmaban nuestras sospechas.
Hoy sabemos que nuestra Niña de Chocolate, no es perfecta, aunque continua siéndolo ante nuestros ojos de padres, su semejaza con el Sr. Einstein, no radica en las facilidades matemáticas, el resultado de los exámenes practicados así lo decían, su problema se llama dislexia, una condición, o don como lo llaman algunos, que la hace sumamente especial, ella vive en un mundo diferente, grande y amplio, tanto así hasta“ los elefantes corren por las nubes hasta alcanzar a la luna”, como ella le dice a su Tatita. A nosotros, solo nos queda enseñarla a vivir en su mundo y aprender a lidiar con el nuestro, como al final sabemos, todos terminamos haciendo.