jueves, 19 de enero de 2012

“Si vas a ser, debes empezar por asumir la responsabilidad.
Tú eres el único responsable de cada momento de tu vida, para cada uno de tus actos”.
Antoine de Saint-Exupery


Casi un año sin aparecerme por aquí…por qué? La verdad no sabría decirles, la necesidad de relatarles lo que me sucedía, como madre, como extranjera seguía latente, sin embargo mis ideas no eran del todo claras.
Durante estos meses, el gordo comprobó estabilidad laboral en Virginia y con ello, el plantear la mudanza a una nueva ciudad no se hizo esperar…Dios como odio esa situación!
Esta sensación de desarraigo me mata, quienes me conocen lo saben, amen que me sentía tan cómoda en Carolina del Norte, creía haber encontrado EL SITIO, no tan lejos de lo que fue mi casa (Venezuela), cerca de mi familia, mi hermana, y con la constante de encontrar personas que al pasar de los días que pasaban a ser parte de mi entorno, sin necesidad de invitación alguna, a las orillas de un lago, que sin ser el mar nos invitaba diariamente así fuese a contemplar el vaivén de sus aguas.
Trece anos atrás, para mi, EL SITIO era natural, venia con el solo hecho de nacer en un lugar, criarte allí, no importando si accidentalmente te veías obligado a vivir lejos, siempre de forma temporal. Hoy, EL SITIO es una idea vaga, un deseo, una meta a mediano o posiblemente a largo plazo.
Lo que me aterra, es ver a los míos tan acostumbrados a los cambios de habitad, nada se alteró, una vez instalados en nuestro nuevo destino cada uno de los cuatro restantes se dedico, de acuerdo a sus posibilidades, a hacer suyo los espacios que eran del todo novedosos. Así , a los pocos días la casa estaba llena de los chicos de la cuadra, visitando a mi Niña de Chocolate y de su mano mi Dulce de Coco, El Gasnapiro, estaba en lo suyo, descubriendo cuales eran sus posibilidades, no estaba molesto en lo absoluto, el Gordo feliz, casi un año viviendo durante la semana sin nosotros , viajando los viernes 4 horas para llegar a casa, casa que sentía sumaba días y experiencias sin el y yo…yo observaba admirada, extrañada, era como ver una película donde simplemente no me quería involucrar, el rechazo a los nuevos parajes fue inmediato, veía una ciudad hermosa, incrustada en medio de las montanas, con gente amable, pero distante, tan distante como ahora el mar, a cuatro horas de distancia de nuestro nuevo “hogar” Charlottesville V.A.
Seis meses han pasado de esta nueva ruptura, ocupada en mi día a día, he distraído mis añoranzas; la visita de los míos, el encontrar nuevos y maravillosos amigos que poco a poco se hacen parte obligada y placentera de nuestro espacio…sin embargo, existen momentos, quizás de lucidez, donde descubro que lo que extraño no es del todo la ciudad que recién acabo de abandonar, sino aquella que se rendía a los pies de una montana silente, que todos los días me regalaba matices distintos de mi color favorito, que los amigos que encuentro durante mi recorrido, que tienen presencia propia también son, de una forma u otra la reafirmación de aquellos que deje hace casi 9 anos, en un tierra llena de promesas y victima de tantos desencantos, espacios y personajes que día a día se hacen mas distante de mi cotidiano.
Ayer les dije a algunos que apostaría a escribir de nuevo, retomar el blog, sin promesas, solo con la intención ser acompañada por quienes lean y, esta mañana, mientras lo hacia, un amigo publico en Facebook una canción hermosa, de un grupo que siempre me encanto y que no se porque era en resumen lo que quería decirles, que estoy aprendiendo a vivir, estoy aprendiendo a volar… Transmisión de pensamiento o es que todos estamos en eso?