jueves, 22 de marzo de 2012

Puntos y vida.....

“…no puedes conectar los puntos mirando hacia adelante;
sólo puedes conectarlos mirando hacia atrás.
Así que hay que confiar en que los puntos de alguna manera se conectarán en tu futuro.
Tienes que confiar en algo -- tu instinto, destino, vida, karma, cualquier cosa...”
Steve Jobs.



La vida no es color rosa y lejos de ser una soñadora, que cree en castillos y príncipes, siempre me he caracterizado por ser realista, rayando en lo pesimista en algunas no pocas ocasiones.
Hace algunos meses, vi el discurso que Steve Jobs le diera a unos graduandos en la Universidad de Stanford y debo reconocer que en esa oportunidad me parecieron acertadas las palabras que dedicara a ese grupo de graduandos, sin embargo nunca me imagine, tiempo después, aplicándolas a mi, menos la parte de los puntos…
Venirnos no fue sencillo, y no me canso de decirlo, fue la puesta en la escena de mi vida la práctica de la renuncia constante con la promesa de algo incierto. Mi vida familiar no siempre viento en popa, con la exigencia de mi dedicación exclusiva, nuestras finanzas dando tumbos, el gordo sorteándose, en medio de esta hecatombe económica, de trabajo en trabajo, todos con un punto en común, lo malo de su remuneración, ahorros invertidos en el pago a acreedores que otrora fueran cercanos y hasta familia, pero que ante la caída entraron en pánico y, nos devolvieron los momentos gratos vividos en conjunto, exigiendo urgente pago, antes que las cosas se pusieran mas color de hormiga.
Los cambios de residencia, desde entonces han sido permanentes, de casa alquilada a casa alquilada, reflejo perfecto de la inestabilidad e incertidumbre al plantearnos un mañana planificado. Algún que otro amigo asombrado…”un miembro de la familia de tu esposo, viviendo al día, con déficit y alquilado?” Pues si, eso es nuestro día a día, unidos a la molestia de sentirnos fracasados y montados en una empresa no sustentable en el tiempo.
Sin embargo pocas semanas atrás me toco creer, porque lo veía, veia como se conectaban mis puntos, esos mismos a los que Steve Jobs se refería en aquel discurso, y hechos que no tenían sentido, ni relación, se fueron alineando ante mis ojos mostrándome un mapa que aun observo maravillada, incrédula. Y es, de esos precisos puntos conectados de los que les quiero hablar…
Cuando Luis se fue a trabajar a Virginia, se fue solo, nos visitaba los fines de semana, entre muchas razones fue porque no le apostábamos a la estabilidad del trabajo, un pago insuficiente hizo las cosas bien cuesta arriba, a veces no había para completar la gasolina de la semana y aunque contábamos con el apoyo incondicional de mis padres y mi familia, las ayudas y los apoyos siempre tenían un limite impuesto por nosotros mismos.
Así las cosas, vino la mudanza a Virginia, de la cual yo renegué aun después de realizada, la ciudad de cara aparentemente simpática, me parecía hostil y esa calidez que encontré en Carolina del Norte en familia, mi hermana y mi cunado que también la estaban pasando negra, en amigos y vecinos, me parecía irremplazable. Pasaron los meses y un poco por depresión un poco por estrechez económica me fui haciendo presa de estas montanas, de este valle que me desagradaba, me fui haciendo rehén de mi tristeza.
A todo esto había que sumarle los dos últimos años y medio, con mi Nina de Chocolate y la búsqueda de respuestas al por que se me apagaba a la hora de aprender, tareas interminables y renuencia a ir al colegio donde tanto la querían. De nuevo quien nos saco las patas del barro fueron papa y mama con su respaldo económico y apoyo de conocidos que sabían de la materia, finalmente se pudo medicar a mi pequeña y encontrar así el camino sobrellevar, no sin angustias y sobresaltos, ese episodio.
Con todo este panorama, como no estar molesta y enojada, así que comencé a tomarme ciertas escapadas al mercado de los granjeros, a veces solo a pasear y tratar de encontrar sentido a la vida que llevaba y que nunca había planificado, no así…
Un sábado de septiembre, encontré un puesto de sombreros de lana, hermosos por cierto, y comencé a hablar con su dueña, quien era de New York, pero quien hablaba un español bastante bueno, sin darme cuenta le resumí mi angustia de vivir donde no quiero, por huir de un sistema político que tampoco quería, de problemas económicos y lo secuestrada que me sentía en casa, que me iniciaba en la posibilidad de pensar en trabajar, ya que finalmente Julia comenzaba la escolaridad regular, pero que no sabia en que o como para que era buena, que me sentía como Manolo el camarógrafo de “Cloudy with a chance of meatballs” quien a lo largo de la trama se descubre como un inmigrante piloto y medico, si mal no recuerdo, pero que al salir de su país, para sobrevivir, le aposto a reinventarse de camarógrafo. La Sra. en cuestión me escucho paciente y al finalizar mi letanía, me dio su tarjeta con un numero al reverso acompañada de un consejo “ llama a este numero que, no siempre, pero de vez en cuando necesitan gente calificada para trabajar en un proyecto, dales mi nombre como referencia” mas nunca la he visto. El lunes siguiente, llame sin falta y por no dejar di mis datos y el nombre de quien me recomendaba, al colgar guarde ese evento en mi olvido, tapizado con todos mis pesares…
Paso el tiempo y un día, un vecino hindú me comento que a la vuelta de la esquina vivían una familia de Venezuela, ellos trabajaban en la universidad desde hace años, fue como un rayito de luz a mi desdicha. Poco a poco nos fueron integrando a su grupo de amigos y a su propia familia y ya el no querer estar aquí estaba tomando una cara distinta, aunque mis angustias continuaban.
Hace un mes, los puntos comenzaron a conectarse con un e-mail de la Escuela de Educación de la Universidad de Virginia, donde me preguntaban si aun estaba interesada en una posición en el proyecto de Pal’s en español, mi cabeza dio mil vueltas, había buscado como tutora de español, asistente en una oficina jurídica, catering, pero en UVA no que recordara, aunque había hablado con mi amiga venezolana las ventajas que ofrecía y la posibilidad de encontrar cierta estabilidad ingresando como staff, pero de allí a aplicar y no recordarme, un trecho largo andaba.
Repentinamente vislumbre la mañana de los sombreros, era la única explicación, asistí a la entrevista incrédula, aunque ya había buscado de que se trataba el proyecto, y hasta le llegue a preguntar a quien me entrevistaba si eso era parte de la universidad, su cara fue un poema, seguramente como el poema de la mía en la entrevista, alguien en la oficina me llego a explicar que los encargados en reclutar personal para el proyecto, a ultima hora, decidieron no publicar las vacantes y tomar alguna lista de recomendados por otros asesores que tenían guardada, lista en la que estaba mi nombre avalado por quien, hasta ese momento creía yo, era solo la sombrerera.
A las dos semanas, ya estaba recibiendo entrenamiento y mientras los minutos pasaban mi incredulidad aumentaba, Pal’s en español es un programa creado para detectar las deficiencias en la lectura en niños con problemas de aprendizaje cuya lengua madre era el español y así facilitar al educador el diseño de estrategias de enseñanzas personalizadas para ese pequeño que requería una asistencia diferente a la del resto del grupo. Dios mi respuesta!!!! Esa que buscaba desde hace casi tres años estaba allí, en la ciudad hostil, en esos habitantes tan peculiares y no fue que la encontré sino que ella me busco a mi, en el mercado de granjeros, en mi correo, dentro de mi computador, con nombre y apellido. Una respuesta que me decía que estaba dispuesta a pagarme por tener la experiencia de aprender y entender lo que le pasaba a mi hija, a mi Niña de Chocolate, ya no como mama, sino siendo parte de un equipo de campo que viaja por todo el país, buscando detectar y evaluar esos casos, que hasta hoy pensaba desasistidos. La respuesta me encontraba, no solo para satisfacer mis cuestionamientos sino para darme la oportunidad de reinventarme, en un área que conocía desde otra perspectiva, la respuesta me decía, en mi itinerario, que el colegio de mi hija participaba en el piloto.
Así, lo que fue renuncia se convirtió en reinvento y compromiso con quienes aunque solo con los míos ya había trabajado en los últimos años, niños, así fue como esta ciudad me comenzó a regalar otra cara, así fue como la posibilidad a largo plazo, conversada con mi amiga venezolana se hizo realidad, así fue como me di cuenta que mi amiga y el vecino hindu eran unos de esos habitantes que yo consideraba “particulares” y que aunque no lo había querido ver, ya se habían acercado hace tiempo para darme la bienvenida, asi termino mi invierno y se inicio mi primavera, todo esto sin pensar, sin proponérmelo, sin confiar en que los hechos, buenos y malos, se conectarían, como puntos, dándole sentido a mi estar aquí por estos días….
Instinto, destino, vida, karma?
Yo prefiero pensar, aunque asombre a muchos, en que Dios y la Virgen me guían.