miércoles, 20 de abril de 2011

Carta a U

Querida U:

Encendí la computadora, y entre mi correspondencia encontré tu e-mail, con esa pregunta cargada de angustia, que me lleno de tristeza, “Que va a ser del Perú si un discípulo de Chávez gana?”.
Mi respuesta es simple, no se amiga, no soy adivina.
Pero si te puedo narrar lo que paso en Venezuela, después que cometimos el error, en mi humilde opinión, de creer que un outsider vendría a redimir todas las torpezas de una dirigencia política que no escuchaba a sus gobernados.

Por aquellos anos, ser político era razón de vergüenza, así como reclamar nuestros derechos ciudadanos, una perdida de tiempo que ninguno de nosotros estábamos dispuestos a asumir, así surgió una persona, sin preparación alguna para la gerencia publica, con un programa de gobierno, que algún tiempo después muchos evidenciaríamos que eran un saco de promesas imposibles, ya que no había un plan establecido para cumplirlas. Se comercializo una figura, que se hizo publica de la nada, sin un corte de pensamiento definido, o por lo menos abiertamente conocido. En pocas palabras, la mayoría, de los pocos venezolanos que votamos en aquellas elecciones, compraron un producto fatuo, a quien le dimos las riendas de una nación, quizás porque en aquel entonces no teníamos claro que tanto el concepto de nación nos incumbía.
Ganadas las elecciones, los que no votáramos por el, pedimos a Dios iluminara a ese hombre que seria Presidente, y así le dimos un cheque en blanco para que reparara lo que no habíamos entendido que era nuestro día a día, cedimos espacios, de la noche a la mañana a quienes éramos calificados con adjetivos peyorativos, por parte del Presidente, bien por tener cierto grado de instrucción, ciertos logros económicos o simplemente el reconocimiento publico por una buena labor realizada, fuimos segregados, no podíamos pasar por ciertas plazas o zonas de la capital, en otros casos hasta despedidos de la administración publica, se estaba instituyendo un apartheid a cuenta gotas, que poco anos después se haría descaradamente.

Poco a poco, perdimos el control de lo que era nuestro, como por ejemplo el que los venezolanos no pudiéramos disponer de nuestro dinero en moneda extranjera, sin pedir permiso al Estado y obligados a subrogarnos de forma automática al monto otorgado por el mismo.

Hoy en día, mi amiga, te paseas por las calles de Venezuela y no encuentras a un padre que no se despidiese de un hijo porque se fuera del país, no te deja de llamar la atención los anaqueles de las farmacias y supermercados vacíos, ves con curiosidad el terror de las madres cuando los hijos piden permiso para salir en la noche, por una emergencia o a divertirse, por miedo a que sean victimas del secuestro, robo o simplemente muertos porque tenia algo que tu les regalaste y quien fuese su victimario lo deseaba.

Poco a poco, el Presidente en nombre del Estado, nos fue quitando ciertas propiedades, por ser de importancia táctica, en principio, por abierto capricho ya por estos días.

Los que pudimos salimos del país, por temor a la delincuencia, que en la practica es el verdadero brazo armado de este modelo de “cambio político”, salimos porque no queríamos que nuestros hijos fuesen discriminados, salimos por temor al adoctrinamiento escolar de ellos, salimos para buscar un futuro que nuestro país se nos había cercenado.

En la actualidad, son muy contados los lugares en el mundo, que no cobijen a un venezolano que no pueda pronunciar el nombre de su tierra sin la tristeza que provoca saber que un país hermoso, con un futuro promisorio, hoy es una tierra erosionada por la ignorancia de quien lo dirige y la ambición de unos pocos.

U, los venezolanos subestimamos a Chávez, y a sus seguidores, por aquello que no tenia plan definido, pero hoy me doy cuenta que mas que “sin definir” en realidad el plan era desconocido para nosotros, la gran mayoría, y no lo digo porque tratara de engañarnos e instaurar una doctrina política que nos disgustara, te sonara extraño, sino porque arropado con la bandera socialista, comunista o cualquiera que fuese propicia para un momento internacional determinado, escondió la ambición económica de un grupo que le apaño los desmanes y ambiciones de estadista de quien nunca lo seria, el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías.

Así las cosas, en Venezuela, el nuevo poder político, hoy en día practica el mas salvaje de los capitalismos de Estado y predica, de dientes para fuera, a un puñado de seguidores hambrientos de esperanzas y comprado con promesas, un caminar hacia un extinto comunismo.

Hace un par de días, me preguntaba la pediatra de mis hijos, “que fue lo que les hizo llegar aquí desde Venezuela?” y un silencio terrible se adueño de la sala de consulta, mil imágenes se adueñaron de mi mente (mis padres, EL Avila, mis amigos, el hablar a diario el castellano, entre muchas mas) y las lagrimas inundaron mi mirada y con ella se desnudo mi alma, y con voz entrecortada, haciendo mucho esfuerzo, logre pronunciar tres palabras “un error colectivo”.

Te quiero mucho, tu siempre amiga,



Ingrid

miércoles, 5 de enero de 2011

Mi vida

“La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil,
que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.”
Ernesto Sábato.



Dos veces en una semana, de distintas formas, pero en el fondo las mismas preguntas…Primero, Ernesto, me pide le escriba de mi, de mis anhelos. Luego mi buena amiga, prestada por el Gordo, Agnete, también me escribe, preguntando si toda mi creatividad esta enfocada en algo, un negocio tal vez?.

Dios!!! Ambas notas movieron mis realidades y, como un volcán que se encontraba dormido, comenzaron las preguntas y con ellas la erupción.

Siempre pensé que, cuando te dedicas a los hijos y llega el momento que estos se van, la vida debe quedar como vacía y que por eso una debía desarrollar alguna actividad paralela, siempre lo pensé y siempre se lo dije así a mi mama, culpándola de estar en casa, de no tener sueños propios o mejor dicho de no soñarse a si misma, de no proyectarse en el futuro, así mismo como hoy lo estoy yo.

No siempre fue así, antes, antes de venirnos si tenia una vida propia, pero es que acaso no la tengo ahora?

Cuando llegamos de Venezuela, puse una pausa, mientras mi niña de chocolate, entraba a la escolaridad regular, cuando eso paso me di cuenta que estaba por llegar mi dulce de coco, mientras mi gaznápiro, a pesar de estar creciendo y haciéndose mas independiente mas requería que estuviera allí, aunque silente, sin hacer bulto, como en algún momento mis chiquitas también lo necesitaran.

Los años han pasado, y el botón de la pausa todavía activado, pero mientras vivo, vivo por ellos y a través de ellos, justo como se supone no debe ser, justo como culpe a mama de hacerlo, es mas, a esta hora no se donde encontrarlo, como si me hubiesen cambiado el modelo y necesitara tiempo, ese mismo que pasa, para encontrar al botón o debería decir a la función de pausa porque ya botones no existen y si los hay, están por desaparecer.

Y releyéndome, me doy cuenta, que estos relatos a pesar de ser por ellos, ya que por ellos soy madre y por estar aquí extranjera, son en realidad de mi, son mi propio espacio que he creado de forma inconsciente, porque aunque la idea era contarles mis experiencia con ellos, a la corta o la larga, siempre les quería era hablar de mis vivencias, de mis inquietudes, de mis anhelos; quizás estaba buscando, sin saberlo, donde colocar tanta creatividad acumulada, quizás para entre líneas descubrirme a mi misma y arar así un camino paralelo, propio y no pasar a la historia como la mama que solo les leía e inventaba tareas divertidas, pero, a la corta o a la larga, eso es cotidianidad y es mía.

Así las cosas, y por lo irónica que es la vida me doy cuenta que ya forma de vivir, volcando en ella toda mi creatividad, esta elegida y que para aprenderla no necesito que se extinga.